El seleccionado de hockey debutará el lunes en el Mundial de Nueva Delhi; Matías Vila, Almada e Ibarra sustentan el sueño
Por Gaston Saiz De la Redacción de LA NACION| Emiliano Lasalvia - LA NACION
El seleccionado masculino de hockey es como esas series de televisión cuyos personajes mueren y reviven en múltiples giros argumentales. Un equipo que conjuga ciencia ficción con drama, capaz de consumar una increíble hazaña y luego caer en lo más oscuro de un pozo. Por ese tembladeral caminó los últimos años la Argentina, tan brillante en el Champions Trophy de 2008 (3o) como ausente en los Juegos de Pekín de ese mismo año. Pero eso ya es historia pasada: el lunes debutará ante Holanda en el Mundial de Nueva Delhi.
Matías Vila, Mario Almada y Pedro Ibarra, tres pilares, saben lidiar con estos altibajos. "Este es un grupo que sufrió fracasos en torneos importantes y que los sobrellevó bastante bien. No todo fue color de rosa, pero hubo una buena fuerza interior. Si nos mantuvimos en pie en los momentos negativos, va a ser una fiesta si logramos resultados positivos en el Mundial", dice el delantero Almada, de 34 años.
El Premundial de Quilmes otorgó el pasaje a la India en forma muy sufrida, con un agónico 4-3 sobre Bélgica, tras revertir el marcador. "Veníamos de varias caídas, y si perdíamos esa final hubiera habido un cambio fuerte en el plantel; era decisivo para mi futuro en el seleccionado y para el de muchos. Estar en Nueva Delhi era obligado", apunta el defensor Ibarra, de 24.
Cada jugador acumula su deuda deportiva, y la de Vila, el capitán, es alcanzar, por fin, las semifinales en un gran torneo: "Es lo que me queda pendiente en mi carrera. Quiero que la Argentina sea animador, que no pase inadvertido en el Mundial. Es un sueño, pero estamos con los pies sobre la tierra".
El objetivo que sostiene el cuerpo técnico es finalizar entre los ocho primeros para escalar posiciones en el ranking. El seleccionado es el 14º del listado, el puesto más bajo entre los doce participantes, así que no hay mucho para perder. Es ese margen de libertad el que -según se presume-, puede actuar a favor. "Es cierto: vamos de punto, pero podemos revertir esa supuesta desventaja y utilizarla en un sentido positivo. La Argentina siempre rindió mucho más frente a los equipos mejor rankeados porque jugó sin presión. Ubicarse entre los ocho de arriba estaría bien, pero nos entrenamos para ser campeones", apunta Ibarra, especialista en los córneres.
El sueño del hockey masculino
El Grupo A, que compone el seleccionado es un campo minado , pero según Vila se puede sacar provecho de la paridad general. "Los dos rivales supuestamente accesibles, Nueva Zelanda y Canadá, son los que más nos cuestan porque saben cómo jugarnos. Así que los primeros partidos serán los más importantes. A Holanda, en el debut, le podemos ganar si tenemos un buen día. A Corea del Sur, el segundo, lo superamos varias veces, y Alemania es el que más nos va a costar. Lo bueno es que todo es muy parejo y los seis equipos se van a sacar puntos."
Para Almada, que jugará su tercer Mundial, no hay misterios: "Si cada uno hace el trabajo que debe hacer, nos irá bien. Quiero ir construyendo el sueño de a poco, partido tras partido".
Sólo van del hotel al estadio. En Nueva Delhi, debido a la amenaza de una célula de Al-Qaeda, el plantel sólo sale del hotel para entrenarse en el estadio, que queda a unos metros. Lo hace con custodia policial. "Nos piden que estemos tranquilos", cuenta Almada.
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